La comida rápida y chatarra forma parte de nuestra vida diaria y estamos tan acostumbrados que resulta impensable imaginar un mundo sin ella. Nuestros niños son los más afectados, porque son quienes más la consumen y, ya sea por el sabor o la textura, se vuelve una adicción.

Nuestros pequeños jamás se preocuparán por cómo va a afectar esa comida en su cuerpo, ni entenderán el beneficio de comer los alimentos indicados para su desarrollo hasta que les expliquemos y comencemos a ponerlos en sus platos.
Es importante que esos hábitos saludables se comiencen a forjar desde una edad muy temprana, pero cuando no es así, hay ciertos tips que pueden funcionar para que los peques comiencen a desprenderse de la comida chatarra.
1.- Explicarles
No podemos esperar que nuestros hijos cambien sus hábitos si no entienden las verdaderas razones del porqué comer comida chatarra no beneficiará a su salud y a su cuerpo en nada. Es claro que no eliminarán ese hábito de un día para el otro, pero si pueden reducir su consumo. Será complicado, pero puedes auxiliarte de textos, libros o hablar con más mamás al respecto.
2.- Poner límites
Una buena opción es limitar su consumo para que vayan dejando de ingerir esos alimentos gradualmente. Negocia con ellos y lleguen a un acuerdo, por ejemplo comer solo una vez a la semana o antes de cualquier comida chatarra, ingerir alguna verdura.
3.- Eliminar la comida chatarra del hogar
Es importante que nuestros niños no tengan la tentación cerca de ellos, por lo que es recomendable eliminar toda la comida chatarra del hogar y sustituirla por snacks saludables o fruta. Tampoco lo hagas de golpe, trata de hacerlo poco a poco para que no se sientan agredidos.
4.- Sustituir los aperitivos
Mi niño siempre debe estar comiendo, así que en esos casos es importante sustituir la comida chatarra con otros aperitivos que tengan, como mínimo, un poco de azúcar. Hay que ser creativas variar los alimentos, pero que sea de calidad y con un sabor delicioso para que lo les pongan pero alguno.
5.- Predicar con el ejemplo
Por último y el más importante, a mi parecer, es predicar con el ejemplo. No podemos exigirles a nuestros pequeños que dejen la comida chatarra si nosotras no lo hacemos. Hay que formar un equipo para que los cambios se puedan percibir.
Fuentes: