¡Mis amores!
Sé que los tiempos han cambiado y que ya no resolvemos nada a golpes, menos si se trata de nuestros hijos.
Hemos decidido ser más amorosas, comprensivas y no usar la violencia, pues creemos que cualquier problema se puede resolver de manera más inteligente, sin embargo, puede darse el caso de que nuestros hijos tengan una idea errónea sobre esto, y nos quieran «agarrar de bajada», y encima, sean ellos quienes lleguen a golpearnos, si no les damos lo que exigen.
Eso está mal. Debemos enseñarles que, no por que nosotras seamos unas madres tranquilas y amorosas, ellos pueden aprovecharse de nosotras. Una cosa siempre debe quedar clara: No es NO. Si nuestros hijos deciden hacer berrinche por que no se les ha comprado «X» cosa, o por que no se les ha dado permiso para algo, debemos explicarles cuál ha sido la razón de esto.
No soy partidaria de los castigos, pues creo que lo que debemos hacer es hablar claro con nuestros pequeños, explicar las razones por las qué no siempre se les puede conceder lo que piden. Lo que yo recomiendo es que en este proceso de formación con sus niños, siempre dialoguen, pues es la herramienta más efectiva con la que cuentan.
Si los golpes por parte de sus hijos siguen, lo mejor es que no reaccionen enojadas. Ellos aprenden de nuestras acciones y si contestamos la agresión, darán por entendido que está bien pegar. Recuerden que tenemos que borrarles esa idea de la cabeza.