En algún momento de nuestras vidas hemos escuchado hablar de los piojos y, personalmente, es una de las plagas más temidas por mí y mi niña: nadie quiere tener piojos, principalmente porque se propagan con mucha facilidad y no siempre los detectamos desde el principio.
Si sospechas de que tu niño tenga esta plaga, lo primero que se tiene que hacer es una revisión para estar 100% segura.
¿Cómo hacer la revisión?
Es muy sencillo, primero debes separar su cabello en varias secciones, e inspeccionar el cuero cabelludo, detrás de las orejas y en la nuca. Busca cualquier movimiento en su cabeza, ya que estos insectos se mueven con mucha rapidez, también revisa los huevos, llamados «liendres», se encuentran adheridos a los cabellos y son de color blanco. Siempre se encuentran muy cerca del cuero cabelludo, por el calor.
Si después de esta revisión tus sospechas ya están confirmadas, es momento de pasar al tratamiento.
Uno de los métodos más sencillos es utilizando un peine especial para quitar los piojos. Primero debes mojar bien el cabello y aplicarle acondicionador. Divide en secciones el cabello de tu niño y comienza a peinar desde el cuero cabelludo hasta las puntas, sacude el peine en un recipiente con agua y jabón. Repite este procedimiento hasta que el peine salga totalmente limpio. Cuando termines, tu hijo debe darse un baño, y limpia todos los utensilios que utilizaste, incluyendo la ropa.
Cada persona en la familia debe pasar por este procedimiento, para asegurarnos de que la plaga no exista más en tu hogar. Vuelve a hacerlo cada dos días, hasta que dejes de encontrar piojos.
Siempre es mejor prevenir, así que algunos hábitos de limpieza, como no compartir sombreros, moños, diademas o peines, y lavar regularmente las sábanas y peluches. Si tienes alfombras, también debes aspirarlas, diariamente de preferencia.
Lo más importante siempre será que cada persona en tu familia se cuide y atienda cualquier síntoma.
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