Siempre que llegan las vacaciones, en mi familia tenemos la tradición de visitar una playa nueva, nos esforzamos mucho por ahorrar, para poder darnos ese gusto de pasar un tiempo libre y divertido, siempre que tenemos la oportunidad. Pero no todo es paz y tranquilidad, a pesar de que la playa parezca un sitio para relajarse, eso no es tan sencillo teniendo dos hijos pequeños.
Necesitamos mucha energía y atención para evitar accidentes y contratiempos; nuestros hijos siempre deben estar cerca de nosotras o en un sitio donde podamos verlos, es importante delimitar las zonas de juego con referencias, por ejemplo, “puedes jugar desde aquí, hasta la sombrilla roja”.
Algo que jamás debe faltar es el protector solar, no debemos exponernos al sol entre las 12 pm y 4 pm, y nunca durante más de dos horas. Si su peque se da un chapuzón, vuelvan a aplicar protector.
También tomen en cuenta que sus hijos deben estar muy bien hidratados y frescos, ofrézcanles agua de forma continua, aunque no tengan sed. Eviten los refrescos o bebidas demasiado dulces, lo mejor es el agua de frutas naturales, como la sandía.
Por último, nunca dejen que sus niños se metan solos al mar, sin importar si sólo están en la orilla, las olas marinas pueden ser muy impredecibles y es mejor prevenir que lamentar.
Como bonus, nunca está de más llevar un set básico: toallas, toallitas húmedas, bolsas para la basura, bolsas para la ropa húmeda, ropa extra y flotadores para los niños.Espero que mis consejos les sean de gran utilidad, mis amores, así podrán disfrutar de un día de playa en familia, divertido y sin contratiempos. ¡Cuídense!