¡Hola mis amores!
Exfoliar la piel, ese tema tan largo que a veces quisiéramos olvidar, más por todos los cuidados que debemos tener; las entiendo, créanme, a veces para mi es difícil mantener la rutina, sabiendo que debo detenerme a pensar en mi piel, pero al final es algo necesario, ya que es la capa externa, esa que todo el mundo puede observar, y es importante que la mantengamos siempre sana y radiante.
A veces este tema puede ser confuso, piel hay de todos tipos, colores e incluso, cada una con sus necesidades, por lo que es importante saber qué tipos de piel existen y cómo vamos a atender y exfoliar cada una, por ello quiero darles una guía sencilla y rápida, con la que se puedan ayudar.
Tipos de piel
Piel normal: quiere decir que la piel tiene un buen equilibrio, es decir, no es ni muy grasa, pero tampoco es seca, la podemos identificar por: poros finos, buena circulación sanguínea, textura aterciopelada, color rosado y fresco, y ausencia de impurezas.
Generalmente requieren ser exfoliadas a partir de los 30 años, y una vez a la semana, se puede optar por un exfoliante hecho de plátano y azúcar.
Piel seca: se refiere a la piel que genera menos sebo de lo normal. La identificamos por la aparición de asperezas, descamación, sensación de tirantez y a veces por picor.
Los cuidados para este tipo deben ser con nutrientes y con propiedades humectantes, que ayuden a la eliminación de las células muertas. Se puede optar por un exfoliante hecho a base de azúcar, aguacate y aceite de oliva.
Piel grasa: es aquella que produce exceso de sebo y se caracteriza por: poros agrandados, brillantez y piel engrosada y pálida, es decir los vasos sanguíneos no son visibles; también es propensa a la aparición de acné.
En este caso debemos optar por tratamientos con propiedades astringentes y antibacterianas, por ejemplo, un exfoliante hecho de pepino con azúcar o sal.
Piel Sensible: la piel es vulnerable a irritantes externos como bacterias, químicos, etcétera, la reconocemos por: enrojecimientos, descamación e hinchazón, también se puede presentar, picor, ardor o pinchazos.
La mejor manera de tratarla es con ingredientes que no provoquen irritación y dejen la piel lisa, por ejemplo: un exfoliante hecho con leche, harina de avena y aceite de oliva.
Sé que puede ser difícil mantener o tener tiempo para cuidar de nuestra piel, pero es algo de suma importancia, al ser nuestra presentación, además por salud de nuestro cuerpo, recuerden que estos tratamientos se deben de aplicar una vez a la semana o cada quince días, por otra parte, no olviden que las necesidades de la piel de nuestro rostro, a veces no son las mismas que las del resto del cuerpo; si están en un caso así, lo mejor es ir con un dermatólogo.