¡Hola mis amores!
Varias veces hemos hablado acerca de la repartición de las tareas dentro del hogar, pero esta vez quiero ser más especifica en un tema: cuando él no sabe ser padre. No necesariamente tenemos que verlo de forma negativa, el desarrollo de la sociedad es la que ha dado el rol que debe llevar el padre, pero eso debe de ir cambiado.
Para que nuestro hijos se desarrollen de una manera optima, es necesario que vean a su padre participando dentro de su crecimiento, es normal ver que la madre se hace cargo de la educación y la crianza del los hijos, así como de su alimentación, los juegos, las tareas, etcétera, pero este trabajo es de dos, porque ambos se convirtieron en padres.
Si no se trabaja de esta manera, podemos ver problemas a la hora de que el padre quiere convivir con sus hijos, no sabe como hacerlo, ni de que hablar, lo peor sucede cuando no se ve en él a una figura de autoridad y solo se busca esto en la madre, por ende pueden llegar a malcriar a los hijos y en ocasiones aparece el favoritismo del niño, ya que mientras uno lo regaña, el otro le deja hacer de todo.
Ser padres es responsabilidad de ambas partes, y ambas partes tienen que participar activamente en el crecimiento del niño, pero ¿cómo podemos hacerlo? Fácil, delegando responsabilidades equitativas a ambas figuras paternas.
Papá y mamá deben convertirse en aliados para la educación , codo con codo, por el bien de todos, ya que cuando ésta se comparte, todo es más llevadero. Está demostrado que cuando los dos padres se responsabilizan de la educación de sus hijos, los niños aprenden más y tienen un comportamiento mucho más saludable, que cuando es uno solo el que se encarga de su formación, y podemos hacerlo de la siguiente manera:
- La tareas: Un día puede ser mamá quien ayude al niño, y otro el papá.
- Autoridad: Cuando el niño se porte mal, es necesario que ambas partes mantengan su postura.
- Convivencia: Dependiendo del caso, ya sea mamá, papá o ambos, los que trabajen; cada uno debe darse el espacio y tiempo para pasarla con el niño.
Este tipo de participación no solo ayuda a la familia, incluso ayuda al menor, pues los niños cuyo papá participa activamente en su crianza tienden a:
- Enfrentar mejor las adversidades .
- Mejoran su autoestima y desarrollan mejor sus habilidades sociales.
- Son personas más saludables.
- Repiten los buenos ejemplos.
- Logran un mayor desempeño escolar.
Ser padre no es sencillo y nadie nace sabiendo, pero se puede aprender en el camino, quitémonos los estigmas sociales de «la mujer a la casa y el hombre al trabajo», porque estos no sirven ya de nada, ambos tienen que formar parte de la vida de los niños, y ambos pueden aprender como ser mejores.