En varios países alrededor del mundo, está prohibido y penado por la ley pegarles a los niños, pero no es el caso de México, donde hasta hace algunos años hasta los propios maestros de las escuelas podían disciplinar a nuestros hijos, con castigos corporales, como pegarles con la regla en las manos.
Puedo decirles que en mi familia (padres, tíos, abuelos), los golpes también eran una forma de educar, pero ahora que tengo a mis hijos, no concibo la idea de ponerles una mano encima, porque creo que existen mejores formas de aplicar un castigo, sin dejar secuelas físicas y psicológicas.
Bien dicen que los hijos son el reflejo de los padres, porque ellos aprenden todo de nosotros, y leyendo supe que los hijos de padres golpeadores, repetían ese ciclo con sus propias familias porque, desde pequeños, se les enseña que los golpes son una manera adecuada para expresar sentimientos y resolver problemas.
Creo que una de las consecuencias más graves de educar de esta forma es que el vínculo entre padres e hijos se rompe, e incluso pueden llegar a odiarnos, ¿quién podría querer a alguien que le pega constantemente? El respeto se pierde por completo, y es sustituido por miedo.
¿Cuál es la alternativa? Una educación basada en la comunicación; el respeto y el amor es la mejor forma de dejar personas con valores en el mundo. Después les haré un post con técnicas de enseñanza sin violencia.
Recuerden, mis amores, la violencia no resuelve nada y sólo genera más violencia.