Ser mamá en sí, ya es difícil, con esto no quiero decir que sea malo; es una de las etapas mas bellas que tiene una mujer, pero como dije, es solo una, ya que aparte de nuestro rol como madres, cumplimos con otros objetivos que nos complementan y nos hacen felices, sin embargo, aún es muy estresante poder cumplir con todo esto para nosotras, pues la sociedad entiende que la mujer es quien se hace cargo de los hijos, las compras, la comida, en sí, el hogar el general, además de trabajar. Durante todos estos procesos empezamos a tener grandes dificultades y nace lo que es llamado «culpabilidad», pero ¿qué quiere decir?
Antes las mujeres solo teníamos un rol, ser madres y esposas, solo esperábamos a que llegará aquel con el que nos casaríamos y formaríamos una familia, a quienes teníamos que atender el resto de nuestra vida, cerrando nuestro mundo a una sola posibilidad, hoy con grandes esfuerzos, tenemos muchas mas alternativas, no obstante parece que la lucha nunca termina.
Resulta que, aunque tengamos acceso a la información, la tecnología, la cultura y a poder realizarnos en otras áreas, ese rol donde nosotras nos hacemos cargo de la familia sigue fuertemente estigmatizado y seamos sinceras, nos somos robots, también nos cansamos y es imposible cumplir con todo. Hoy la sociedad nos exige cumplir con ambos roles.
Si eres madre y trabajas, estás descuidando tu hogar, pero si te dedicas al hogar y tu marido es quien aporta, ahora eres una mantenida, ¿quién los entiende?, este tipo de pensamientos nos provoca problemas emocionales, porque empezamos a generar un sentimiento de culpa; por una parte, no podemos estar al cien con nuestro hijos y descuidamos a la familia y por otra no logramos cumplir con los objetivos profesionales que nos exigen.
Me entristece esta parte, ya que no solo es un problema emocional; el continuar de esta manera se vuelve ya un problema psicológico. Según El Centro de Especialización de Estudios Psicológicos en la Infancia, ocho de cada diez mujeres terminan acudiendo a terapia, por problemas de productividad y culpabilidad.
El problema es que a veces los hijos terminan al cuidado de terceros, influyendo en su comportamiento, al ya no saber quien es la autoridad y a quien deben obedecer; aquí se está generando otro conflicto dentro del hogar.
La culpabilidad va desde casos graves, hasta algunos sencillos como: trabajar y no estar tanto tiempo con los hijos, por regañarles, prestarles el iPad, por cansarse y no jugar 20 horas seguidas, por echarse una siesta, dejarlos ver televisión y darles un dulce; hasta nos sentimos mal porque en las mañanas nos cuesta trabajo levantarnos para llevarlos a la escuela.
En la actualidad, nadie entiende la situación, que somos humanas y requerimos un equilibrio en nuestra vida para cumplir con todas nuestras funciones, además que este trabajo debería ser compartido, en caso de contar con la pareja; él también puede educar, dar de comer, lavar ropa, ayudar en el aseo, etcétera.
Pero mientras el pensamiento no cambie nos toca ser guerreras, puede que la situación a veces no pinte bien, pero créanme cada esfuerzo tendrá un resultado, quizá los niños ahora no lo entiendan, pero en un futuro podrán hacerlo, mientras tanto, ellos no son tontos y podemos explicarles un poco, que también requerimos tiempo y si es posible consentirnos de vez en cuando.
Cada día de nuestra vida debemos repetirnos que somos fuertes y poderosas, y que pese a cualquier situación, podremos mantenernos en pie, porque lograrlo no es fácil, y quiere decir que tenemos la fortaleza, estamos haciendo un gran trabajo y no tenemos que mantener contento a nadie, mas que a nosotras mismas.