Hola mis amores, espero se encuentren de maravilla y sonrían a diario, como debe de ser. Hoy vengo con un tema muy actual y tecnológico, no se me da mucho, pero como siempre, va relacionado a nuestros pequeños.
Hace unos días mi esposo compró una consola de videojuegos. Yo nunca me imaginé que a mi hija de siete años le llamara tanto la atención. Al final de cuenta es algo nuevo para ella, y por el simple nombre de “videojuego” sabe que es para divertirse. La cosa es que se la ha pasado viendo cómo mi esposo juega, pues ella aún tiene problemas con los botones y esas cosas.
Mi marido, obviamente, cuando ella está presente, no juega nada con violencia, sangre, lenguaje vulgar o cosas de éste tipo. Y aquí viene el punto central de éste blog.
Mamás, ¿han visto qué tipo de cosas juegan sus hijos? Así como están al pendiente de a dónde van, quiénes son sus amigos o amigas, qué ven en la televisión, etcétera, deben estarlo con lo que les compran para entretenerse.
Existen juegos actuales, muy realistas, extremadamente violentos y al mismo tiempo con escenas para mayores de edad. ¿Lo sabían? Estoy segura de que la mayoría de las madres, no. Los videojuegos también tienen clasificación; se encuentra en la parte izquierda inferior de la caja.
C – Niños pequeños.
E – El contenido es apto para todas las edades.
E+10 – Contenido apto para mayores de 10 años.
T – Adolescentes, mayores de 13 años.
M – Mayores de 17 años, contenido sexual, sangriento o lenguaje ofensivo.
A – Adultos únicamente. Mayores de 18 años.
RP – Pendiente de clasificación.
En las tiendas de videojuegos oficiales, tienen por obligación no vender juegos M o A a menores de edad. Pero si la mamá lo pide, muchos lo venden. Tengan mucho cuidado por favor. Investiguen e infórmense sobre lo que van a comprar, no queremos que nuestros hijos vayan por la vida golpeando a todos o diciendo groserías.
De ser mejor, jueguen con ellos. Quién quita y ustedes se hacen fans. Harán a sus esposos “jugones”, muy felices.
Me despido mis amores, les dejo un tip para la botana de sus nenes.
Guacamole de Cocodrilo.
- Corten un aguacate por la mitad y saquen todo el relleno.
- Corten zanahorias en pequeños rectángulos, para simular los dientes del cocodrilo
- Con dos rodajas de pepino partidas a la mitad y rodajas de aceitunas negras, pueden simular los ojos.
- Al final agreguen el guacamole, en la cascara del mismo aguacate que adornaron.
Recuerden, la familia es primero.