¡Mis amores!
Les quiero recomendar algo: Cada día intenten comenzar con una actitud positiva. Es bien conocido que mientras más quejas y caras largas que tengas en la mañana, el día comienza pesado y sin mucha energía.
Aunque no siempre es fácil, tenemos que aprender a controlar el mal humor y trabajar; en cambiar mis actitudes y pensamientos, cuando no nos están ayudando a sentirnos tranquilas desde temprano.
Imagino que a muchas les pasa igual, una termina apurando a los niños más de la cuenta, no disfruta de la calma que podamos encontrar en nuestra soledad matutina, nos puede enojar hasta la más mínima cosa y arruinarnos el día con corajes innecesarios, lo que muchas veces nos lleva a desquitarnos con nuestros hijos.
Hay ciertas cosas que podemos hacer para no sentirnos tan negativas o amargadas. Obvio, no todos los días nos sentimos así, pero para tener en cuenta, vean estos fáciles mandamientos o decretos que quiero compartir con ustedes, para tener mejores días, mejores relaciones y… ¡mejor humor!
Saquemos de nuestras vidas el “no puedo”, está prohibido. Hay muchos caminos para lograr lo que queremos, el punto es no rendirnos y, sobretodo, pensar en positivo.
SI PUEDO
Dejemos de ver todo con negativismo
A diario vamos a escuchar una opinión que no nos parece, o a lo mejor las cosas no salen como lo tenemos planeado. La mejor herramienta mental en esos momentos, en vez de enojarnos mucho, es tomarlo con humor. Además, no hay que olvidar que siempre hay unos pequeños cerca mirando a su mamá y aprendiendo de ella.
Dejemos de compararnos
Cada una escoge su estilo de vida, y debemos dejar de fijarnos en la vida de otras personas. Algo contra la amargura es no pensar en lo que hace o tiene el otro, sino buscar hacer lo que nos gusta a nosotras, cada una elige qué hace para buscar la satisfacción personal. Alegrarnos por los logros de los demás, ¡eso es bueno!
Aceptaremos la incertidumbre
No todo está en nuestras manos. A veces hay que fluir con el plan B porque el A no se pudo. Yo creo que las cosas sí pasan o no, por algo. Tenemos dos caminos, o nos ofuscamos, o tomamos otro camino e intentamos de nuevo. Además, hay cosas en la vida que solo más adelante comprendemos, por qué no tenían que darse, y ahí es cuando pensamos que las cosas son por una razón. Dejen que todo fluya.
No dejaremos que el trabajo absorba nuestras vidas
¿Para qué vivimos? ¿Para comprar y pagar cuentas? Siempre me hago esas preguntas. Lo que realmente llena al final de esta vida es lo que hemos sembrado en nuestros hijos, con nuestras parejas, con nuestros amigos y familiares. Sin duda, trabajar es rico, reconfortante y necesario, pero el equilibrio debe existir. La familia y la salud siempre serán prioridad, ante cualquier trabajo, por más platica que éste traiga.
Amarnos a nosotras mismas, antes que cualquier cosa
No hay de otra, mis amores. El amor propio es uno de los mayores tesoros que podemos tener, e inculcar en nuestros hijos. Quererse y respetarse a una misma, nos permite lograr muchas cosas, no limitarnos tanto y, algo muy importante: siempre dar y exigir respeto. Así una se amarga menos, porque filtramos las malas energías que, a veces nos dan otras personas.