Mucho se habla de la autoestima, pero ¿de verdad sabes qué es? Varias ocasiones he escuchado a mis amigos o familiares definirla como “amor propio”, pero creo que va más allá. Y mira, yo sé que seguramente lo crees también así, pero tan sólo pensemos en nuestros peques, ellos ¿cómo podrían saber lo que es amor propio? Me parece que es un concepto bastante complejo.
Así que ya sabes qué hacer, quédate al término de la nota y descubramos juntas de lo que te hablo. Ya sabes que también puedes dejarme comentarios, quejas y sugerencias en mis redes sociales.

La definición de autoestima es bastante compleja para los chiquillos de la casa, sin embargo, no significa que no deban saber cómo expresarlo o identificarlo. En mi experiencia, puedo decirte que es de gran ayuda que desde pequeños sepan demostrar tanto en la escuela, como en el núcleo familiar cuando se sienten valorados, aceptados y seguros, pues eso los conducirá a sentirse capaces de hacer lo que se les ponga enfrente.
No es lo mismo que el niño se crea capaz de maltratar a un compañero, que se sienta capaz de ser el mejor estudiante de clase. Es ahí cuando tienes que ayudarlo a delimitar entre hacer algo para o en contra de su bienestar.

En ese proceso de enseñanza, la autoestima comienza a aparecer, así sin que te des cuenta. Pues, comienza cuando los niños son bebés y se desarrolla lentamente a lo largo de su crecimiento. Debes ser muy observadora para darte cuenta si tu hijo la posee o no.
Puede comenzar simplemente porque el niño se siente seguro, amado y aceptado. Desde que es un bebé y recibe atención positiva y cuidado amoroso, hasta cuando las peligrosas frases y palabras negativas son parte de su vida.

Y es que, lamentablemente, hay frases y expresiones que deberían estar prohibidas para los padres de niños pequeños porque pueden generar un daño devastador e imborrable en sus vidas. Un padre le puede decir a su hijo cuando todavía es un bebé «Mira lo que eres capaz de hacer, ¡ya casi caminas solo!».
Escuchar elogios y cosas buenas hace que un bebé se sienta bien y orgulloso de sí mismo. A medida que crece, la autoestima incrementa. Por el contrario, si los padres le dicen a su hijo cosas como: “es mucho para ti”, “no creo que puedas”, “no eres capaz”, “eso no te luce a ti”, lograrán que su hijo se sabotee y crezca infeliz.

La autoestima no es un concepto estable a lo largo de la vida, lo que vivimos y cómo lo vivimos la va moldeando y modificando. Así que procura ser empática con tus hijos y aplica la regla de oro: “Trata a los demás como te gustaría ser tratado”. Regálale buenos momentos para que las malas experiencias no influyan en su autoestima.