Muchas relaciones llegan a un punto donde uno de los miembros o los dos no tienen claro si tiene sentido seguir con la relación de pareja, o si esa es la relación que ellos desean. ¿Te ha pasado?
Bueno, muchas de mis lectoras me habían estado pidiendo hablar sobre el tema. ¿Qué pasa cuando hay hijos de por medio? Eso es lo controversial. Así que si te sientes identificada, sigue leyendo. ¡Llegaste al sitio correcto! Hoy te ayudaré a tener la mente un poco más clara.

Desafortunadamente día con día se está dando más esta situación, muchas parejas aunque desean disfrutar y hacer notar que la relación que están viviendo vale la pena, en ocasiones tienen aspectos que no funcionan, pero si tienen hijos ahí es donde comienzan a aparecer las dudas y la balanza de si vale la pena seguir o es mejor separarse.
Las parejas que logran tomar la decisión para divorciarse, ahora se preocupan por “¿con quién debe estar el peque?”
Y bueno, muchos dirían que con la madre, pero hoy en día también sabemos que el padre tiene el derecho. Lamentablemente, cuando los niños son pequeños siempre es un dilema decidir con qué padre deben vivir y no sólo pensemos en la vivienda, sino dónde pasarán las fiestas, es inevitable pensar que deberían estar con uno o con otro, pero nunca todos juntos. Diría mi abuela: “juntos pero no revueltos”.

Por esa razón, es muy importante que desde el inicio de la separación, pacten acuerdos. Ya que es vital aceptar que nuestro hijo siempre será un lazo que siempre nos mantendrá unidos a nuestra expareja. Si mantenemos una relación cordial, y cumplimos los acuerdos pactados en el convenio regulador, no tendría por qué generarse conflictos en qué fiesta el niño debe y no debe estar.

Esta decisión es muy fuerte, pero si logras controlar tu voluntad y dejar a lado resentimientos y prejuicios es posible lograr que todo fluya y que los chiquillos disfruten plenamente de las Navidades, cumpleaños, días feriados, etc., como se merecen todos los niños.