¡Mis amores!
Sé que ser madre es una de las experiencias más bonitas de nuestra vida y que amamos a nuestros hijos, que no vemos la vida sin ellos, pero ¿qué pasa cuando crecen y hacen algo que cambia nuestros sentimientos hacia ellos?
Quiero hablar en específico de la relación madre-hija, pues es común que cuando nuestras niñas llegan a la adolescencia, los conflictos con nosotras van en aumento.
¿Realmente podemos llegar a odiar a nuestras hijas? Lamento decirles que sí, mis amores. Dicen que “del odio al amor hay un solo paso y viceversa”, y aplica para todo. Lidiar con el carácter de una mujer adolescente es verdaderamente agotador, ellas quieren hacer y deshacer, y en ocasiones llegan a sobrepasar los límites con nosotras.
Sí, las madres también podemos llegar a odiar a nuestros hijos, simplemente sucede que decirlo no está bien visto.
Conforme nuestras hijas crecen, ellas también pueden ir transformando sus sentimientos hacia nosotras. Es más común ver que como no les dejamos hacer ciertas cosas, ir a algín lugar o vestir de una manera en específico, ellas crean que les tenemos “envidia” respecto a la edad.
¿Por qué puedo odiar a mi hija?
Además de lo que ya les mencioné arriba, mis amores, podemos llegar a odiar a nuestras hijas por algunos factores que acá les mencionaré:
● Haber perdido oportunidades sentimentales, laborales o de vida.
● Por llegar en mal momento.
● Por haber idealizado su vida y ver que el camino que siguió no tiene que ver nada con lo que nosotras deseábamos.
● Hizo algo que nos causó una decepción.
¿Cómo puedo reparar mi relación con mi hija?
● Es necesario identificar la causa de su rechazo, mis amores. Recuerden que aquello que no saben, no lo pueden manejar.
● Traten de anteponer a sus hijas por encima de sus sentimientos.
● Convivan con ellas, el amor se va desarrollando.
● Revisen su propia relación con sus padres. Quizás venga de ahí su conflicto.
● Dialoguen, entiendan y perdonen en caso de requerir hacerlo.
● Busquen ayuda profesional.
@EsElMundoDeYola