¡Por fin llegaron las vacaciones! Bueno, más bien, por fin ya no nos levantaremos temprano a hacer el lunch de los niños, se acabaron los estresantes días de “se me olvidó la cartulina” o “mamá, olvidé que tengo tarea”, en un domingo a las 9 de la noche. Se terminaron esos días de angustia para salirme del trabajo e ir por mi hijo. ¡Sí, al fin terminaron! Pero con ello, la pregunta del millón: “¿mamá y ahora que haremos en el tiempo que no vamos a la escuela?
Seguramente, más de una se siente identificada con este “gran inconveniente”. Pero no te preocupes, hoy te traigo los mejores tips para que no mueras en el intento.

Y bueno, si tu vacaciones coinciden con las de tu hijo es muy conveniente realizar actividades donde se incluya a toda la familia. De esta forma se consolida la unión entre sus miembros, se aumenta la diversión y se desarrollan nuevas habilidades. En otras palabras, la pasas “chicle bomba” con todos.
Y es que, además, las actividades son útiles para conocerse mejor como familia y aprovechar el tiempo. Simplemente para compartirlo, estar juntos, hacer bromas, compartir recuerdos.

En cambio, si tus vacaciones no coinciden con las de tus peques, lo más recomendable es buscar algunas alternativas y planear actividades que los mantengan activos durante el periodo vacacional.
Muchos niños dedican sus vacaciones a ver televisión, internet y comer chatarra, pero en realidad ese tiempo podría ser aprovechado para aprender cosas nuevas, hacer deporte o encontrar diversión en cosas distintas a las acostumbradas.

Antes que nada se comprende que las jornadas laborales muchas ocasiones no permiten a los padres ver a sus hijos e hijas. En otros casos, aunque estés en home office sé que no pasas tiempos de calidad con los niños. Por ello, es muy importante que en cualquiera de las condiciones, te organices y respetes el tiempo que le destinarás a los peques. Puedes hacer un calendario, anotarlo en tu agenda, una alarma como recordatorio o cualquier opción que te convenga, pero ¡dales tiempo de calidad!

Una vez hecho esto, juega. Algo que parece tan evidente, algunos padres y madres lo olvidan. El juego es ese gran clásico, tan recomendable para los niños y que durante el año académico no siempre pueden disfrutar con total libertad.
Otra recomendación es que vivas momentos de creación artística, desempolva los pinceles, las acuarelas y saca a tu Van Gogh que llevas dentro. Invita a tus vecinitos o a sus compañeros de escuela a jugar al aire libre, siempre y cuando sea con la supervisión de los otros padres. Aparta un tiempo para realizar lectura o exploración de libros y obvio, no puede faltar tiempo dedicado a la exploración musical. En fin, puedes realizar cualquier actividad pensada en fomentar su goce y no que sea una obligación.