¡Hola, mis amores! El día de hoy les hablaré sobre un tema que ha resultado un poco controversial y que, al contrario, debería ser algo que no genere disgustos o polémicas, ya que la decisión de amamantar hasta cierta edad del pequeño es única y debe ser respetable.
¿Y saben por qué he decidido hablar sobre este tema? Bueno, porque últimamente he escuchado a muchas personas que juzgan a mamitas que continúan amamantando a sus hijos incluso después del primer año de vida. Y la verdad, no está bien ni mal, son decisiones personales que nadie tendría que juzgar
Como bien asegura Martha Cabasa, psicóloga perinatal, “La lactancia materna en niños mayores se juzga muchas veces desde la ignorancia y el desconocimiento, ya que no existe ningún estudio con base científica que la desaconseje. La madre debería disponer de toda la información posible a su alcance y basándonos en ello, decidir”.
No obstante, los juicios, las opiniones y las críticas severas que enfrentan las madres que continúan con la lactancia materna después del año de su hijo o después de haber parido a otro hijo, las hacen dudar de su forma de crianza y en muchas ocasiones las orillan a dejar de lactar a sus hijos ya crecidos de edad.
¿Y saben qué es lo peor de esta situación? En muchos trabajos y ámbitos sociales se tiene la idea de que hasta los seis meses de edad se debe lactar a un menor, lo que obstaculiza aún más la alimentación de millones de pequeños alrededor del mundo. Y lo más grave es que este tipo de situación trae consigo otros problemas, por ejemplo, el bebé se desacostumbra y le cuesta trabajo adaptarse a un tipo de leche de fórmula; por otro lado, la madre puede llegar a sufrir de mastitis si el destete es inadecuado.
Por lo tanto debemos respetar el estilo de crianza y alimentación de cada persona, ya que lo más importante en estos dos sentidos es que fluyan en un ambiente tranquilo y sin prejuicios con el fin de crecer a los pequeños de forma no traumática.
Mis amores que temen o dudan de continuar amamantando, mírense, reflexionen y cuestionen sus verdaderos deseos porque esos momentos de conexión con tu pequeño son fugaces y nunca volverán a repetirse.
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