¡Mis amores!
¿Han escuchado eso de que “ser mamá es un trabajo de tiempo completo”? Pues déjenme decirles que quien lo dijo tenía absolutamente toda la razón.
Siempre creemos que la parte más difícil de tener hijos es cuando ellos son unos bebés y que esto cambiará conforme crezcan, pero en realidad me parece que se pone peor.
¿Voy a ser mamá por siempre?
La respuesta es muy obvia, mis amores. Desde que nuestros niños nacen y hasta que nosotras partimos de este mundo, seremos sus mamás. Pero no quiero hablar de lo que ya es claro, sino de lo que implica ser y desempeñar el papel de madre.

Creemos que nuestros hijos crecerán y dejarán de necesitarnos, pero mientras ellos van por la vida haciéndose los independientes y fingiendo que todo lo pueden solos, es nuestra responsabilidad mantenernos a su lado, siendo sus pilares, guías y consejeras incondicionales, incluso si en algún momento ellos llegan a decir que no nos necesitan más.
Debemos prepararnos mentalmente para lo que se viene, porque ese bebé pequeño e indefenso que algún día tuvimos en nuestros brazos, crecerá para ser un hombre o mujer de bien, pero en el camino se convertirá en un adolescente molesto y en ocasiones pondrá a prueba nuestra paciencia.

Muchas veces vamos a querer renunciar al trabajo de ser mamá, pero la mala noticia, mis amores, es que no pueden hacerlo. Algo que les diré es que todo aquello que valga la pena, no es fácil, vamos a enfrentarnos a cambios de humor, groserías, desplantes, e incluso vamos a llegar a llorar, es algo normal.
Pero todo esto es de lo que va la satisfacción de ser mamá.
Ser mamá sí es un título tan eterno como satisfactorio, mis amores. Dar vida y ser guía en el camino que otro ser emprenda es algo mágico, sublime e inexplicable.
@EsElMundoDeYola