¡Mis amores!
Sé que ser madre no es una tarea sencilla y que en muchas ocasiones nuestros niños se portan de un modo difícil, por lo que es sencillo perder la paciencia y recurrir a un castigo o sanción.
Está bien regañar o castigar a nuestros hijos para lograr un aprendizaje, pero lo que es inaceptable es cuando este tipo de sanciones implican la violencia física.
He golpeado a mis hijos y me siento mal por hacerlo, ¿a qué se debe?

Creo muchísimo en que si pensamos que hemos hecho algo malo, es porque así ha sido, mis amores. Bajo ninguna circunstancia está bien golpear a nuestros hijos, incluso si se han convertido en los niños más “molestos” del planeta.
Golpearlos es una violación a su integridad y aunque parezca un acto casi instintivo, buscando poner un “estate quieto”, la verdad es que puede tener muchas implicaciones psicológicas para ellos.
No estoy diciendo que esté mal de repente darles una nalgada, ya que es completamente entendible. A lo que me refiero es a golpearlos con el cinturón o algún otro objeto, causarles un daño severo, una bofetada, patada o jalón de cabello. Es inaceptable porque un hijo es un ser amado para nosotras, ¿cómo podemos atrevernos a hacerles daño?

Un niño que se rige por golpes puede tener miedo, falta de confianza, depresión, sentimientos de culpa, insuficiencia, poca autoestima, irritabilidad y odio, y los puede arrastrar a su edad adulta con su pareja o sus propios hijos.
La violencia jamás va a resolver nada, mis amores. Por eso si ustedes han lastimado a sus pequeños, lo mejor es hablarlo con ellos, disculparse y explicarles por qué lo hicieron, prometiendo trabajar para que no vuelva a ocurrir.
@EsElMundoDeYola