¡Mis amores!
¿Han escuchado eso de que prohibir y sancionar ciertas conductas jamás tiene éxito? Pues déjenme decirles que es completamente cierto.
Uno de nuestros mayores errores como madres es el hecho de creer que con castigar a nuestros hijos, se “corregirán” por arte de magia, pero no podríamos alejarnos más de la realidad.
El cerebro humano siente cierta fascinación por todo aquello que se le niega e incluso lo toma como un auténtico desafío.
¿Los castigos son efectivos?
No y no sólo no tienen ninguna probabilidad de éxito, mis amores, sino que también pueden tener consecuencias en la formación de carácter y salud emocional de nuestros pequeños, además de reforzar cierta conducta negativa que queremos que desaparezca.
Cada vez son más los padres que optan por conversar con sus hijos en lugar de castigar o sancionar, y es que el diálogo es la real solución a todo mal.
Podemos explicar qué consecuencias negativas habrá si nuestros hijos hacen ciertas cosas, relatar el por qué no se debe hacer tal cosa, punto por punto, hará que nuestros niños hagan una introspección y valoren si realmente vale la pena cometer cierto pequeño crimen.
Al hablar con ellos les planteamos escenarios posibles y ellos toman su propia decisión. Claro que no van a hacerlo bien desde la primera vez y eso es lo bello de los errores, el aprendizaje.
Tenemos que ser objetivas, mis amores, nuestros hijos están cultivándose en el largo camino de la niñez, adolescencia, cualquiera que sea su etapa, todo para llegar a la adultez con un carácter espléndido.
Nadie es perfecto, por lo que no podemos exigirle perfección a nuestros niños, sin embargo, sí somos responsables de guiarlos a actuar correctamente.
@EsElMundoDeYola