La decisión de una separación no es fácil, mucho menos cuando se tienen hijos. Son miles los niños que sufren el estrés del divorcio de sus padres cada año y la manera en la que reaccionan depende de su edad, personalidad y las circunstancias concretas del proceso de separación y divorcio, pero para ninguno es algo sencillo de llevar.
Todo divorcio tiene consecuencias sobre los pequeños, de entrada podemos apreciar conmoción, tristeza, frustración, enfado o preocupación. Pero de igual manera, este suceso les ayuda a salir más preparados para afrontar el estrés, muchos de ellos se convierten en jóvenes más flexibles y tolerantes.
Entre las principales cosas que podemos hacer para ayudar a nuestros niños a superar este difícil suceso se encuentran las siguientes:
- Mantener los conflictos, riñas y discusiones acaloradas, así como los comentarios sobre los aspectos legales del divorcio al margen de ellos.
- Reducir al mínimo la alteración de las rutinas cotidianas de nuestros niños.
- Restringir la negatividad contra el otro, así como el resentimiento y la tendencia a echar culpas.
- Asegurarse de que ambos padres siguen implicados en la vida del niño.
Casi todos los adultos que atraviesan un proceso de separación y divorcio necesitan todo el apoyo posible, pero no podemos buscarlo en los hijos, es una carga enorme para ellos.
¿Cómo le digo a mis hijos que sus papás se van a divorciar?
En cuanto estén seguros de sus planes, hablen con sus hijos sobre su decisión de separarse, mis amores. Aunque no existe una manera fácil de dar la noticia, de ser posible intenta que ambos padres estén presentes durante la conversación.
Es importante dejar a un lado los sentimientos de enfado, culpa o remordimiento. Antes de hablar con sus niños, practiquen cómo se lo van a decir sin alterarse ni enfadarse durante la conversación.
Si su hijos son muy pequeños, lo mejor es explicárselos todo con palabras sencillas. Podrían decirles algo como: «papá y mamá van a vivir en casas diferentes para que no se peleen tanto, pero los dos te queremos mucho».
Es posible que los niños mayores y los adolescentes sean más conscientes de la situación que están atravesando sus padres y tengan más preguntas basadas en las discusiones y peleas que han escuchado.
¿Cómo pueden reaccionar nuestros niños?
No todos los niños reaccionan de forma inmediata. Háganle saber a sus hijos que eso también es normal y díganles que habrá otros momentos para hablar sobre el tema cuando ellos estén preparados. Algunos niños tratan de dar gusto a sus padres fingiendo que no pasa nada, afirmando que no están molestos ni tristes por la noticia.
En ocasiones, el estrés se manifiesta de otras formas: en los estudios, con los amigos, en los cambios de apetito, en la forma de comportarse o en los patrones de sueño.
Lo que tienen que hacer ahora, mis amores, es prepararse para contestar preguntas como estas:
● ¿Con quién voy a vivir?
● ¿Dónde iré a la escuela?
● ¿Tendré que cambiar de casa?
● ¿Dónde vivirá cada uno de mis padres?
● ¿Dónde pasaré las vacaciones y los días de fiesta?
● ¿Podré seguir viendo a mis amigos?
● ¿Podré seguir practicando mis actividades favoritas?
Ser sincero con un hijo no siempre es fácil cuando no se tienen todas las respuestas, o cuando al niño le asusta la situación o se siente culpable de lo que está ocurriendo. Lo más correcto es decirle lo que necesita saber cuando lo pregunta, además de que deben hacerse a la idea de que tanto ustedes como sus niños, van a necesitar ayuda psicológica, mis amores.
@EsElMundoDeYola