¿Eres mamá? Entonces se vale gritar de vez en cuando

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Ser mamá es cansado, agobiante, estresante y una tarea que no termina nunca, es así que hay que dejar de satanizar los gritos. A veces, sólo a veces, es necesario levantar la voz, en especial si ya llegaste a tu límite.

Y sí, sé que te parecerá extraño, incluso hasta extremo, pero cuando te exponga más razones comprenderás. Bueno, yo ya entendí a mi mamá. Así que si lo que quieres es saber más de esta conducta que nos caracteriza a las madres, quédate al término de la nota y descubramos juntas porque sí se vale gritar de vez en cuando.

Y bueno, quizá ya te llegó el momento de escuchar: “Mamá no me grites” y es muy normal, ¿a quién le gusta que le griten? Cuando esto pasa, nuestros pequeños sienten miedo y dejan de oír lo que les decimos, se vuelven sordos y sólo ven nuestra cara de ira. Por lo que, muchos dirían que este método de educación no funciona, que sólo acabarás con el autoestima del niño y que hasta eres una mala madre, ¿o no?

Sin embargo, alguien dice: “sí, está bien que grites, es una forma de expresar tu hartazgo, entiendo tu presión”. Por supuesto que no, nunca. Se sabe que las mujeres se quejan muy poco, que son aguantadoras y aguerridas frente a cualquier situación, por lo que muchos consideran que los gritos no deben ser parte de la educación, porque ¿qué culpa tiene el niño de tus problemas personales? Pero no todo radica ahí, no. Esto va mucho más allá.

Es desde el despertar por la mañana con la chillante voz de: “mami, ya tengo hambre”, hasta un berrinche en la calle por el capricho de querer un juguete que en dos semanas estará inservible. Claro, este estrés combinado con que tu esposo no te ayudó ni a sacar la basura.

¿Ahora entiendes?, ¿ves cómo un grito a veces es sano? Muy pocos entenderán que un grito no es nada comparado con todo lo que implica “ser mujer y madre”. Así que sal de tu burbuja, abre el cierre de tu mundo ideal en el que se practican las 24 horas del día los principios de la disciplina positiva, las madres sí gritamos y muy fuerte.

Aunque esto tampoco justifica que todo el día, las 24 horas te la pases gritando, no. Eso tampoco es sano. Lo que yo te recomiendo es que lo hagas como parte de un proceso de educación. Levantar la voz también significa corregir errores y nadie es perfecto, pero en el proceso de crecimiento de tu hijo tienes que conducirlo por el “camino correcto”.

La cuestión no es no equivocarse o gritar, sino aprender de ello y corregirlo. Y para ello, hay que analizar qué te ha llevado a esa circunstancia.

Quizás, ese grito ha sido por un cúmulo de situaciones durante el día, porque has estado tensa, has discutido con tu pareja o simplemente el pequeño ya se estaba pasando de listo. Habla con él y ayúdalo a identificar sus errores y juntos modifiquen actitudes. A mi me funcionó, y este consejo te doy porque tu amigo Yola soy.

@layolandayque

Fuentes: https://www.elmundo.es/yodona/madres/2023/01/25/63cfc5f4fdddff92288b45b7.html

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