¡Mis amores!

Siempre que tengo oportunidad les recuerdo que ser mamá no es una labor sencilla, pero sí que la disfrutamos mucho las que hemos decidido serlo. Sin embargo, en ocasiones es común ver que nuestra responsabilidad de estar a cargo de la vida de otro ser, bajo la afirmación de querer lo mejor para nuestros hijos, nos sentimos presionadas para ser unas mamás perfectas.

Deja de presionarte, no quieras ser una mamá perfecta

Tenemos que aceptar un hecho, mis amores: nadie es perfecto. Mucho menos existe alguien que lograra adjudicarse el título de «la mamá más perfecta del mundo», porque este es un trabajo que vamos perfeccionando durante toda la vida.

La definición de perfección es algo bastante subjetivo. Algunas personas piensan que sus hijos las verán como «perfectas» si les permiten hacer lo que ellos quieran, teniendolos contentos y no regañandolos, pero otras mamitas creen que la perfección se basa en exigirle a sus hijos demasiado.

Yo considero que ser mamá no es un trabajo de exigencia y perfección, mis amores. Ser mamá es algo que nosotras elegimos desempeñar en nuestra vida, y que nadie nos está imponiendo. Por esto mismo, debemos poder permitirnos disfrutar esta faceta de nuestra vida con amor, paciencia, constancia y sin presiones.

No hay madres perfectas, tampoco hijos con esa excelencia, y esto no es algo malo. Tenemos que entender que antes de desempeñar estos roles, somos personas y nadie nace sabiendo hacer este trabajo. La constancia, dedicación, paciencia y amor son factores que juegan poderosamente en nuestro desempeño como guía.

Creo que si tenemos que definir como «mamá perfecta» a alguna de nosotras, ese título se lo ganaría la mamá que disfrute de la compañía y amor de sus pequeños, que los guíe y lleve de la mano en todo momento en este viaje de vida y que esté dispuesta a siempre aprender.

¿Ustedes son mamitas perfectas, mis amores?

@EsElMundoDeYola