Una sonrisa en la cara de nuestro hijo es algo que todos los padres queremos ver, ¿o no? Por ello es que buscamos, la mayoría de veces, complacerlos en algún capricho, berrinche, enojo, ¿quién se puede resistir a esa carita triste y de angustia? ¡Nos parte el alma y el corazón verlos así! Y aunque sepamos que es uno más de sus chantajes, no nos resistimos y caemos en su red de manipulación, sin importar que con el paso del tiempo los estemos convirtiendo en niños maleducados. Acompáñanos a descubrir, a través de esta nota, la guía infalible para generar niños malcriados.
Vivimos en una sociedad en la que se da demasiada relevancia a la formación y al desempeño académico, la sociedad misma insiste en la recompensa a tanto esfuerzo dedique el niño, dejando el camino libre a los padres para cometer el error de “dar de más” frente a la intención de convertirlos en jóvenes brillantes, ¿te suena familiar?
Seguramente, has caído en el error de darle a tu hijo todo lo que te pide y bueno, no es malo complacerlo, la realidad es que uno como padre quiere darle lo mejor, pero es que con el paso del tiempo el niño crecerá pensando que tiene derecho a todo lo que desea y tampoco está mal, lo inquietante está en qué es lo que desea.
Es ahí cuando nos damos cuenta que la abundancia o ausencia de recompensa a tanto esfuerzo a menudo tiene que ver con la desorientación de los padres sobre cuál ha de ser su papel en el aprendizaje de los hijos, que les lleva a cometer errores que lastran su educación.
¿Te causa risa cuando tu hijo de 4 años dice una grosería? “Es que suena chistoso”, “es un niño, no sabe lo que significa” son unas de las tantas excusas para no ponerle límites y hacerle creer que la falta de respeto es normal y divertida, que no hay reglas en la sociedad y sobre todo, se deja ver la presencia de malos ejemplos en los integrantes de la familia. ¿Qué pensabas, que eras una mamá cool? ¡Cuidado, no te confundas! Si lo que quieres es ser cool, entonces sigue comprando todo lo que te pidan, sé permisiva, no pongas reglas y en especial nunca estés presente y en poco tiempo, seguro tus hijos serán unos auténticos monstruos.
Muchos padres no nos damos cuenta de dónde está el límite, ¿qué es consentir demasiado a los hijos y qué no lo es?, “mi hijo se merece todo, préstale tantito el celular”, es otra de nuestras excusas favoritas para no establecerles horarios, ni ayuda para que controlen su frustración ante la situación en la que no tienen lo que quieren. Así que seamos más conscientes de la importancia del vínculo, del contacto y del apego para forjar una confianza básica y una autoestima sana..
@ElMundoDeYola