
¡Así es, mis amores!
El 8 de marzo me dejó pensando en lo que normalmente haría una persona emprendedora, pero ahora sumándole el rol como mamás.
Y no es que la mujer deba tener la responsabilidad por completo de los hijos, sino como el rol que cada persona ejerza en la familia y que podría resultar sumamente complicado.

Cabe destacar que las cosas pueden llegar a ser complicadas, por el cambio de hábitos, la falta de tiempo y sumado al machismo de algunos consumidores que en ocasiones tienen puestos que podrían aportar a la marca, pero cuando son proyectos dirigidos por mujeres no se apoyan.
Lamentablemente en pleno siglo XXI siguen los comentarios misóginos y algunas ideas sobre la mujer laborando o dirigiendo algún proyecto. Hace un par de días veía en una serie de doctores, donde a una especialista se le cuestiono su capacidad para tratar con pacientes, ya que acababa de ser mamá y sus “hormonas” podían influir en su relación con los casos.
Me sentí impactada al ver que por ser mujer y por ser mamá una doctora ante los ojos de sus colegas podía perder facultades intelectuales. ¡Obvio no!
Y así como en la serie, cientos de mujeres salen a diario a luchar por un lugar en el mercado laboral, más aún cuando es un proyecto propio. Ser emprendedora es como cualquier profesión, exige responsabilidad, orden y compromiso, sin embargo, hay algo muy bueno detrás de todo esto, normalmente se inicia con el objetivo de tener algo propio, cosa que pocas veces se atreven a hacer los demás.

¡Qué no decaiga el ánimo! Si eres una mami que va emprendiendo un negocio, ¡no lo dejes! La recompensa vendrá después y en el caso de que no lo seas, pero conozcas a alguien que inicia con su proyecto, ¡apóyala! Siempre será de gran ayuda.
¡Consume lo local, consúmeles a las mamás!