Para nadie es un secreto que la adolescencia es una etapa de transición en la que las personas dejan atrás la infancia y comienzan su paso hacia la adultez. En esta edad nos encontramos como en un limbo en el que no sé es ni infante ni adulto, es por ello que debemos comprender a nuestros adolescentes. En este artículo te compartimos algunos consejos para mantener una relación sana con tus hijas o hijos durante este complicado periodo de su vida.
Aunque nos duela aceptarlo, en la adolescencia nuestro pequeño ya no depende totalmente de nosotras, por lo que es importante tratarlo con más madurez, ya nada de hablarle como un bebé, de resolverle todos sus problemas. Es fundamental empezar a darle responsabilidades de acuerdo a su edad:
- Pídele que ayude más en el hogar.
- Ayúdalo a ser más autosuficiente.
- Háblale con franqueza y honestidad. Esto aumentará su confianza en sí mismo, además de en ti, pues se sentirá tanto incluido como valorado.
Respeta su intimidad
Este es un tema que a muchos padres les cuesta demasiado, ya que en su afán de estar al pendiente de sus hijos invaden su espacio personal, lo cual no hace más que alejarlos e incluso puede llegar a crear resentimiento en los menores.
Esto no quiere decir que se les debe dar total libertad para que hagan lo que les plazca, se trata de procurar una distancia prudente en su desarrollo que les permita sentirse más autónomos, pero confiando en que sus padres estarán ahí para apoyarlos, así como aconsejarlos si así lo requieren.
Establece límites
Como mencionamos antes, no es recomendable ser 100% permisivo, pues aún no están totalmente preparados para los retos del mundo, será necesario establecer ciertas reglas: no salir sin permiso previo, respetar la hora límite de llegada, horarios para usar redes sociales, puesto que con lo fácil que es caer en trampas en internet a esa edad es crucial cuidar este aspecto de su vida.
Hay que prestar atención a las señales de alerta
Cuando notes actitudes extrañas o negativas en tu adolescente, como: dejar de comer, actuar diferente a lo usual, aislarse más de lo normal, no hablar con sus amigas y amigos habituales, oler a alcohol, etc., es vital que te asegures de que está bien, preguntarle a sus profesores si han notado algo extraño o incluso pedir ayuda psicológica.
Debemos comprender que los hijos adolescentes pasan por una etapa complicada, pero si les damos la confianza desde su infancia, siempre acudirán a sus padres si lo necesitan.
Fuentes:
Mujeres y Familia 